Con una sala prácticamente colmada de público se instaló ayer, miércoles 30 de junio, en el Edificio Anexo del Palacio Legislativo, el Comité de Solidaridad con el Pueblo de Honduras.
Durante el acto –que también
conmemoró el año del golpe de Estado del pasado 28 de junio de 2009- fueron
presentadas las personalidades e instituciones que ya han adherido a esta
iniciativa, varias de las cuales se encontraban presentes en la ceremonia
como:
Efraín Olivera, del Servicios de Paz y Justicia
(SERPAJ); Macarena Gelman; los periodistas Daniel Gatti y
Roger Rodríguez; IvahannaLarrosa, de
Amnistía Internacional; JorgeChichet, sindicalista;
Enrique Barrios, de Comisiones Obreras (CCOO),
Ricardo Carrere, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
WRM; Mónica Traviseo, ex legisladora; María
IsabelCárcamo de la Red de Acción en
Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina
RAPAL-Uruguay; Hugo Infanzón, abogado asesor de la
Rel-UITA; Jorge Almeida, representante regional de Federación
Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM);
Osvaldo Ronqui, de la Secretaría de Relaciones Internacionales del
Movimiento de Participación Popular (MPP); Roberto Placeres,
abogado asesor de trabajadores rurales y Gabriel Valenzuela, del
Sindicato de Trabajadores de Coca Cola.
Se leyeron mensajes de adhesión del
escritor Eduardo Galeano, el periodista y ex diputado
Guillermo Chifflet, el defensor de los derechos humanos
JairKrischke, la profesora y política Belela
Herrera y el periodista Giorgio Trucchi.
Asimismo, se dio lectura a la
declaración fundacional del Comité y a un comunicado del Frente Nacional de
Resistencia Popular (FNPR) saludando su creación y exaltando la
importancia de la solidaridad internacional.
Luego se proyectó el documental
“¿Quién dijo miedo?”, de la directora hondureña Katia Lara, filmado
durante la campaña electoral de 2009, interrumpida por el golpe de Estado. El
filme, que inicialmente pretendía ser un testimonio sobre esas elecciones se
transformó en un impactante documento que desnuda las manipulaciones e intereses
que se pusieron en movimiento en Honduras.
Durante casi dos horas la asistencia
permaneció atrapada por la contundencia, la profundidad y la calidad estética y
política del conmovedor documental que transcurre sin la intervención de
relatores externos; las únicas palabras que se oyen son las de los propios
“actores” de un drama que no es ni más ni menos que la vida real.
Los diferentes momentos de la
resistencia al golpe son relatados con imágenes por momentos crudas, de una
violencia chocante, casi insostenible, pero necesarias para testimoniar el
compromiso del pueblo hondureño con su libertad.
El documental presenta escenas en las cuales las
actitudes de la gente evocan palabras fuertes, como heroísmo, lucidez, alegría,
entereza, consecuencia, esperanza, creatividad, diversidad, respeto, juventud,
experiencia, generosidad, amor, resistencia, participación, dignidad, congoja,
templanza, lucha, solidaridad, dignidad.
Una gama de sentimientos e ideas que
se entrelazan para denunciar la barbarie, el servilismo, la ignorancia y la
soberbia de los poderosos, al tiempo de mostrar su contracara en la dignidad de
un pueblo inquebrantable en la decisión de conquistar su futuro.
Una nutrida salva de aplausos coronó
el fin de la proyección.
Macarena Gelman, nieta del poeta argentino Juan
Gelman nacida en cautiverio y que permaneciera desaparecida durante más de
20 años, activista por los derechos humanos, expresó a Sirel que “Tal
como lo afirma la declaración que se leyó aquí, la solidaridad no se agradece
sino que se retribuye. Nosotros recibimos esa solidaridad cuando nuestros países
vivieron en dictaduras. También la experimenté personalmente, cuando fui hallada
después de estar desaparecida, y pude enterarme de todo lo que se había hecho en
mi búsqueda. Siento la necesidad de retribuirlo. Además, esta causa es justa, y
lo que uno no quiere para su propio país, tampoco lo debe tolerar en los
otros”.
Ivahanna Larrosa, de Amnistía Internacional,
comentó que “La nuestra es una organización de solidaridad internacional, y
pensamos que cuando ciudadanos y ciudadanas nos preocupamos de lo que ocurre en
otros países eso hace una diferencia a favor de quienes luchan por sus derechos.
AmnistíaRel-UITA, porque a pesar de
que ya pasó un año del golpe de Estado no debemos perder el interés de lo que
está pasando en Honduras, para que las violaciones a los derechos humanos
que allí ocurrieron y aún ocurren no permanezcan impunes, Cuando la gente olvida
llega la impunidad, y eso no debe pasar en éste ni en ningún otro
caso”. apoya esta iniciativa de la
Efraín Olivera, del Servicio Paz y
Justicia, recordó que “Estuve en HondurasAmérica Latina
en lo que se refiere a regresar a tiempos pasados, con dictaduras, mayor
sometimiento al imperio, persecuciones y todo lo que ya conocemos”. poco tiempo después del
golpe en una misión internacional de observación y solidaridad con su pueblo .
La situación no ha cambiado mucho, así que debemos seguir apoyando al pueblo de
ese país. Razones para apoyar este Comité hay numerosas. Además, creo que allí
se está jugando la suerte –o la mala suerte- del futuro de
Ricardo Carrere, del Movimiento Mundial por los
Bosques Tropicales, afirmó que en su caso “Existen dos razones para apoyar
este Comité: una egoísta y otra altruista. La egoísta es que si permitimos que
pasen estas cosas en cualquier país mañana nos puede pasar a nosotros. La
democracia, aunque sea una defectuosa, hay que defenderla. Tenemos la
experiencia de los que es un régimen militar. Lo que vimos en la película
refleja mucho de lo que ya vivimos en esta región. Entonces, apoyar al pueblo
hondureño en su lucha es, en parte, apoyarnos nosotros mismos.
La razón altruista es que el
hondureño es uno de los pueblos más oprimidos del continente desde hace siglos.
Es el peor patio trasero de Estados Unidos y es tratado como tal.
Utilizado durante la guerra contra los pueblos de El Salvador, de
Guatemala, de Nicaragua durante sus luchas de liberación, usado
como base militar para agredir a toda la región. Como retribución de Estados
Unidos, Honduras tiene el pueblo más pobre de América Latina.
Ese pueblo hoy está luchando, no por Mel Zelaya, sino por un nuevo país,
donde se respeten los derechos de la personas y se permita que la gente pueda
vivir con alegría con felicidad en la dignidad”.
Por su parte, María Isabel
Cárcamo, de RAPAL-Uruguay, señaló que “Lo que sigue ocurriendo en
Honduras es lo que ya hemos sufrido en varios países de América
Latina: un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos. Debemos
denunciarlo porque el pueblo hondureño se está resistiendo heroicamente y no
acepta esta imposición. Además, esto parece ser una avanzada de lo que podría
volver a ocurrir en otros países del continente”.